2/6/09


Ojos...
Simplemente ojos...
Algunos brillan de felicidad…
Otros de odio…
Algunos dicen todo…
Otros callan todo…
Unos muestran…
Y algunos ocultan…
Son la guía…
O lo que nos hace perdernos…
A veces lo primero que vemos…
Otras lo ultimo…
Y hay casos en los que nunca los vemos…
Algunos nos miran tanto…
Que nos descubren…
Otros directamente nos ignoran a tal punto…
Que ni siquiera existimos…
Unos miran desde un punto de vista…
Algunos desde otro completamente distinto…
Pero todos tienen algo en común…
Son ojos…

No por amor, no por tristeza,
no por lo nueva soledad:
porque he olvidado ya tus ojos
hoy tengo ganas de llorar.
Se va la vida deshaciendo
y renaciendo sin cesar:
la ola del mar que nos salpica
no sabemos si viene o va.
La mañana teje su manto
que la noche destejerá.
Al corazón nunca le importa
quién se fue sino quién vendrá.
Tú eres mi vida y yo sabía
que eras mi vida de verdad,
pero te fuiste y estoy vivo
y todo empieza una vez más.
Cuando llegaste estaba escrito
entre tus ojos el final.
Hoy he olvidado ya tus ojos
y tengo ganas de llorar.
Hoy me pasa el amor de parte a parte.
Temo encontrarte y no reconocerte.
Temo extender la mano y no tocarte.
Temo girar los ojos y no verte.
Temo gritar tu nombre y no nombrarte...
Temo estar caminando por la muerte...

21/5/09


Con esta soledad alevosa,
tranquila,
con esta soledad
de sagradas goteras
de lejanos aullidos
de monstruos de silencio
de recuerdos al firme
de luna congelada
de noche para otros
de ojos bien abiertos
con esta soledad
inservible,
vacía,
se puede algunas veces
entender el amor.

" Luna congelada " de Mario Benedetti

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto
no le importan tu sueño
ni mi sueño.
Somos torpes
o demasiado cautos
pensamos que no cae
esa gaviota,
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno.

Juntos vivimos,
sucumbimos juntos
pero esa destrucción es una broma
un detalle una ráfaga,
un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso.
Ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío.

Quiero que me relates
el duelo que te callas,
por mi parte te ofrezco
mi última confianza.
Estás sola,
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser una llama.
" Intimidad " de Mario Benedetti
Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías.
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte.
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí,
añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida.
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...



" Espero " de Mario Benedetti

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
" Amor de tarde " de Mario Benedetti

11/5/09


hay cosas peores que estar solo,
pero a menudo
toma décadas darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que un demasiado tarde...

Pongamos por ejemplo
que hoy es jueves.
Que un sol de plomo
cae tras los cristales
y recuerdo tu mano en día de lluvia.
Digamos que estoy sola
y te deseo.
Que no hallo el escenario
donde acoplar tu imagen con mi aliento.
Bebamos y brindemos
por la triste ironía
de estar vivos
y no poder amarnos.

El sol abrasa toda vida.
No mueve el viento
un árbol.
Fuera del tiempo
está el fasto del día.
La canícula absorbe
las horas, los colores,el silencio.
De repente óyese una gotade agua,

y otra,
y otra más,
en la tarde.
Es la música....

5/5/09

Estábamos tan lejos el uno del otro.
Mares había entre nosotros.
Montañas y agua.
Fuego y viento.
Largos años
de oscura
desesperación
había entre nosotros.

Pero nos encontramos,
a pesar de todo,
porque la vida lo quería
ciegamente.

En el principio

-antes del espacio-tiempo-
era la Palabra.
Tod
o lo que es pues es verdad.
Poema.
Las cosas existen en forma de palabra.
Todo era noche, etc.
No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas.
Era la palabra. (Palabra amorosa.)
Misterio y a la vez expresión de ese misterio.
El que es y a la vez expresa lo que es.
«Cuando en el principio no había todavía nadie
él creó las palabras

y nos las dio, así como la yuca»

No sé quién es el que está en la nieve.
Sólo se ve en la nieve su hábito blanco,
y al principio yo no había visto a nadie:
sólo la pura blancura de nieve con sol.
El novicio en la nieve apenas se ve.
y siento que hay Algo más en esta nieve
que no es ni novicio ni nieve y no se ve.

Aquello.
No eso.
Ni
-mucho menos- esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga.
Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.

29/4/09


Los animales fueron imperfectos,
largos de cola, tristes de cabeza.
Poco a poco se fueron componiendo,
haciéndose paisaje, adquiriendo lunares,
gracia, vuelo.
El gato, sólo el gato apareció completo y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato quiere ser sólo gato
y todo gato es gato desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.
No hay unidad como él,
no tienen la luna ni la flor tal contextura:
es una sola cosa como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno firme y sutil
es como la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos dejaron una sola ranura
para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón,
nupcial sultán del cielo de las tejas eróticas,
el viento del amor en la intemperie reclamas
cuando pasas y posas cuatro pies delicados en el suelo,
oliendo,
desconfiando de todo lo terrestre,
porque todo es inmundo
para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente de la casa,
arrogante vestigio de la noche,
perezoso,
gimnástico y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta de las habitaciones,
insignia de un desaparecido terciopelo,
seguramente no hay enigma en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe
y perteneces al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos de gatos, compañeros,
colegas, discípulos o amigos de su gato.
Yo no. Yo no suscribo. Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica, el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.

Acercate a mi, sombra nocturna
despliega tu engreida elegancia
deslízate suave, sigiloso, flotante
déjame tocar tu cuerpo negro
encaja tus garras en mi regazo
no importa si el dolor es punzante
quiero sentir tu lomo ondulante
que reacciona amable ante mis caricias
mis dedos se hunden muy cautelosos,
en tu suave y sedoso pelo eléctrico,
tu fria y penetrante mirada de piedra agata
corta y hiere mis solitarios pensamientos.
No sabes tu oh noble criatura,
como conjuras mis recuerdos de ella
su mirada, profunda y fria como la tuya
que corta y hiende como una daga.
Aroma sutil, peligroso perfume
destilaba su cuerpo por sus relieves
su ondulante figura que reacciona
bala dulce paso de mi deseosa mirada
Estrella fugaz que pasó muy rápido
la noche eterna le hizo morada
se fué sigilosa como tus pasos
sin despedida, sin un reclamo.
Quedate aqui mi amado gato
que tu me recuerdas tanto de ella
mitiga el dolor de su triste ausencia
que su partida dejó, mi alma helada.

Lámete bien la garra oculta en seda
y oreja tras oreja limpia y pule;
tu vanidad con el orgullo emule
por ver qué flanco más lustroso queda.
Verdad grande será que nunca pueda

llamarte amigo; no hay quien disimule
mejor que tú su ser, ni ser simule
tan familiar que todo asombro ceda.
Mas no es tan natural que seas tú mismo

ni que pueda yo verte y conocerte
perfecto ahí como si en un segundo.
Por más que disimules, un abismo

serás como también el yo saberte
conmigo aquí en lo que llamamos mundo.

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible?, ¿Qué terribles pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron sus mortales terrores dominar?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

25/4/09


¿Por qué amo tu locura,
tu desparpajo, tu falta
de reloj y tus atajos
cuando estoy prácticamente a punto
de caer de cabeza en el abismo?

O sea en ti. Pero no sólo
eso: hay mucho más de ti que quiero
y no revelo. Esa lámpara
que enciendes en el fondo.




Así se vive cuando tienes un corazón helado.
Como yo: entre sombras, arrastrándose sobre la roca fría,
bajo las copas inmensas de los arces.

El sol apenas me alcanza.
A veces, al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.
Luego crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.
Siento su brillo entre las hojas, vacilante,
como quien golpea un vaso con una cuchara de metal.

No todos necesitan de la luz
en igual medida. Algunos
creamos nuestra propia luz: una hoja plateada
como un sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata
poco profundo bajo la oscuridad de los arces.

Pero esto ya lo sabes.
Tú y aquellos que piensan
que viven por la verdad, y en consecuencia,
aman todo lo que es frío.