29/4/09


Lámete bien la garra oculta en seda
y oreja tras oreja limpia y pule;
tu vanidad con el orgullo emule
por ver qué flanco más lustroso queda.
Verdad grande será que nunca pueda

llamarte amigo; no hay quien disimule
mejor que tú su ser, ni ser simule
tan familiar que todo asombro ceda.
Mas no es tan natural que seas tú mismo

ni que pueda yo verte y conocerte
perfecto ahí como si en un segundo.
Por más que disimules, un abismo

serás como también el yo saberte
conmigo aquí en lo que llamamos mundo.

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