21/2/09


Realmente, ¿Alguna vez pensaron en compararse con un pedazo de metal, que espera, para ser una espada? Porque es lo que somos...Un pedazo de metal... Cada uno, es de un metal distinto... Algunos de mejor calidad, resistentes a golpes más certeros, y otros, no tanto...Y es la mismísima vida, quién nos forja...Dándonos golpes... Y son los golpes más duros los más importantes, los que van a decidir como vamos a ser... Son los que darán el filo que tendremos, nos forjarán de la mejor manera... Pero esos golpes, pueden ser muy duros, tan duros, que pueden partirnos al medio, y dejarnos completamente inútiles, y sin posibilidades de poder llegar a ser la espada que queremos llegar a ser...Pero aguantando todos esos golpes, es como uno llega a ser lo que quiere llegar a ser... Tal vez la espada de buena calidad, que sea portada por un Rey, un Emperador, o un Gobernador... A la que todos se detienen a admirar por sus finos detalles y sus piedras preciosas incrustadas y a las que unos pocos privilegiados tienen el derecho de poseer.O, ¿Queremos ser la espada que lleve un soldado, ¿No sería mediocre? Ya que muy pocos son recordados en la historia. Pero en las pocas leyendas que nos quedan de algunos de ellos, sobresalía la valentía y la increíble fortaleza de su portador.También podemos ser espadas que sean usadas por gladiadores, para entretener a las personas, y ser rotas rápidamente, ya que son las espadas de peor calidad. Aun que también al mismo tiempo podemos estar luchando por la libertad, la libertad de desatarse de las opiniones del otro y ser digno de nuestros propios actos.¿Qué es lo que realmente queremos ser? ¿Por quién queremos ser realmente portados?, ¿Estamos realmente listos para recibir los golpes que nos forjarán, y harán buenas espadas?, ¿Somos realmente un metal de buena calidad, esperando a ser una buena espada?

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